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Mostrando las entradas etiquetadas como Lie Zi

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Cuatro clases de hombres conviven en el mundo

Cuatro clases de hombres conviven en el mundo: los astutos, los simples, los comedidos y los activos. Todos siguen su natural hasta el fin de sus días sin entenderse unos a otros. Y cada cual considera haber alcanzado una profunda sabiduría. Cuatro clases de hombres conviven en el mundo Cuatro clases de hombres conviven en el mundo:  los hábiles oradores, los pobres de espíritu, los tontos y los aduladores. Todos siguen su natural hasta el fin de sus días sin tratarse jamás. Y cada cual considera haber alcanzado la más ingeniosa de las habilidades. Cuatro clases de hombres conviven en el mundo:  los malvados, los sinvergüenzas, los de juicio precoz y los burlones. Todos siguen su natural hasta el fin de sus días sin conseguir nunca despertarse los unos a los otros al verdadero conocimiento. Y cada cual considera haber adquirido un gran talento. Cuatro clases de hombres conviven en el mundo:  los hipócritas, los importunos, los osados y los vacilantes. Todos sigue

¿Sabes si estás despierto o estás soñando?

Un cuento de Lie Zi, en la Dinastía Han, en China, narra que una vez un cazador viejo que caminaba por el bosque divisó un venado.  Se acercó sin hacer ruido. Disparó su arco con tanta fortuna y habilidad que el venado cayó muerto allí mismo. Siendo imposible cargar al venado, el cazador lo cubrió con hojas para venir con ayuda al día siguiente.  ¿Sabes si estás despierto o estás soñando? Camino a su casa, el cazador trató de recordar el sitio en el que había escondido al venado. No lo pudo hacer. Recordaba detalles, pero no el lugar exacto. Tan desesperado estaba el cazador viejo que comenzó a hablar en voz alta consigo mismo, narrando partes descriptivas del lugar, pero vagamente. Al final, pensó el viejo que si no podía recordar el sitio, eso se debía que todo había sido un sueño.  Pero ese cazador no estaba solo. Había sido escuchado por otro cazador que usando la información que le había sin querer proporcionado, pudo encontrar el lugar en el que el venado había s

El sospechoso actúa como un culpable

Hubo un horrible crimen (uno de tantos) en el que al parecer ser un individuo mató y posteriormente quemó a sus dos hijos. Ahora, el juicio está siendo televisado, aunque hace muchos meses también se emite todo lo relacionado con este personaje. Probablemente este fulano sea el autor del crimen, pero se nos olvida todo aquello de la presunción de inocencia, que es lo que en teoría nos separa de Irán, Cuba o Corea del Norte. Imagine que de pronto Ud. es señalado como culpable por los medios de comunicación, lo sea o no de verdad. Ya ocurrió un caso en el que gracias a esta nueva costumbre nacional, una señora se comió el marrón de unos cuantos meses en el trullo hasta que apareció el culpable. Tuvo esta señora la mala fortuna de que tenía pinta de culpable y la telebasura se encargó de recordárnoslo.  El sospechoso actúa como un culpable  Pero, claro, todo sea por la pasta, ahí hay filón televisivo y el individuo da el perfil que se necesita para tener tirón mediático. Adem

El obsequio de las palomas

El Lie Zi es una de las tres obras fundamentales del taoísmo filosófico, junto con las más conocidas de Lao Tse y Zhuang Zi . Es atribuido a Lie Yukou (Lie Zi), a quien se considera un personaje legendario. El texto fue inscrito en la librería imperial con el nombre de Tratado de la Perfecta Vacuidad. Generalmente es considerada la más práctica de las obras taoístas principales, frente al más filosófico Tao Te King o al más poético Libro de Zhuang Zi .   EL OBSEQUIO DE LAS PALOMAS   El obsequio de las palomas   Era costumbre en Handan cazar palomas para regalarlas al príncipe el día de Año Nuevo. Esto agradaba tanto al soberano que repartía valiosas recompensas. Alguien le preguntó la razón de esta costumbre.  - El día de Año Nuevo dejo las palomas en libertad para demostrar mi bondad - contestó el príncipe.  - Como sus súbditos saben que Ud. necesita palomas para libertarlas, todos se dedican a cazarlas - comentó el otro -. Y el resultado es qu

El hombre que no vio a nadie

Había una vez un hombre en el Reino de Qi que tenía sed de oro. Una mañana se vistió con elegancia y se fue a la plaza. Apenas llegó al puesto del comerciante en oro, se apoderó de una pieza y se escabulló. El hombre que no vio a nadie  El oficial que lo aprehendió le preguntó: - ¿Por qué robo el oro en presencia de tanta gente? - Cuando tomé el oro – contestó –, no vi a nadie. No vi más que el oro. Lie Zi Mas sobre Lie Zi: http://www.elartedelaestrategia.com/lie_zi.html El Arte de la Estrategia tusbuenoslibros 

Un viejo tonto que mueve montañas

Las montañas Taihang y Wangwu tienen una altura considerable.  Montañas Al norte de estos montes vivía un anciano de unos noventa años al que llamaban El Viejo Tonto. Su casa miraba hacia estas montañas y él encontraba bastante incómodo tener que dar un rodeo cada vez que salía o regresaba; así, un día reunió a su familia para discutir el asunto. - ¿Y si todos juntos desmontásemos las montañas? – sugirió –. Entonces podríamos abrir un camino hacia el Sur, hasta la orilla del río Hanshui. Todos estuvieron de acuerdo. Sólo su mujer dudaba. - No tienen la fuerza necesaria, ni siquiera para desmontar un cerrejón – objetó –. ¿Cómo podrán remover esas dos montañas? Además, ¿dónde van a vaciar toda la tierra y los peñascos? - Los vaciaremos en el mar – fue la respuesta. Entonces el Viejo Tonto partió con sus hijos y nietos. Tres de ellos llevaron balancines. Removieron piedras y tierra y, en canastos los acarrearon al mar. Una vecina, llamada Jing, era v

El engaño del árbol seco

Un hombre tenía un árbol seco. Árbol seco                  - El conservar un árbol seco trae mala suerte – dijo su vecino.          Pero cuando el dueño del árbol lo hubo talado, el vecino le pidió un poco de leña para el fuego.          - El viejo sólo quería leña – pensó el hombre enfadado –. Por eso me dijo que derribara mi árbol. Somos vecinos, e incluso así me engaña de esta manera. ¡Esto ya es demasiado! Lie Zi Mas sobre sabiduría china y de Oriente en: http://www.elartedelaestrategia.com/pensamiento_de_oriente.html

La sospecha

Un hombre perdió su hacha; y sospechó del hijo de su vecino.  Observó la manera de caminar del muchacho –exactamente como un ladrón .  Observó la expresión del joven –idéntica a la de un ladrón .  Observó su forma de hablar –igual a la de un ladrón .  En fin, todos sus gestos y acciones lo denunciaban culpable de hurto. Pero más tarde, encontró su hacha en un valle. Y después, cuando volvió a ver al hijo de su vecino, todos los gestos y acciones del muchacho le parecían muy diferentes de los de un ladrón .   Lie Zi También le puede interesar: Confucio Lie Zi Daoren